jueves, 10 de julio de 2014

ANSIEDAD Y ANGUSTIA. ESTRATEGIAS PARA SALIR DE ELLO.

Como seres humanos que somos, todos los días podemos enfrentarnos a situaciones que pueden generarnos angustia o ansiedad.

La ansiedad podemos definirla como un estado de activación. Es una repuesta emocional que responde con una respuesta fisiológica relacionada con un mecanismo de supervivencia ante una posible amenaza (respuesta de lucha y huida).
Por otro lado, la angustia, es un estado penoso, que muchas veces está acompañado de miedo y obsesión.
Cuando una persona sufre de ansiedad, normalmente suele estar angustiada, esto sucede porque la angustia es un síntoma más de la ansiedad. Además, también puede suceder al contrario. Hay personas que tienen unos rasgos de personalidad y un temperamento que tiende a la angustia. Son personas que suelen verlo todo en negativo, siempre alertas ante cualquier amenaza y que acaban siendo alimento  de la ansiedad.

Algunas estrategias y pautas prácticas para reducir la angustia y liberarse de toda ansiedad son;
1.     Comienza por identificar cuáles son las fuentes de tu ansiedad y anótalas.
2.    Separa en dos columnas las que puedes cambiar y las que no. Para las Primeras podrás elaborar un plan estratégico para solucionarlo, pero para las segundas elaborarás un plan estratégico para reducir el impacto sobre tu persona.
3.    Desarrolla nuevos hábitos más saludables. Repasa tus horarios de comidas, tipos de alimentos, horas de sueño, etc…Asegúrate de comer sano y dormir bien, es más importante de lo que creemos.
4.    No leas ni veas nada más levantarte malas noticias ni lo hagas durante el día en exceso. Empieza el día con algo agradable. Una cosa es estar informados y otra estar continuamente procesando información negativa.
5.    Aprende algo nuevo todos los días.
6.    Atrévete a hacer cosas nuevas, una vez superes el temor del principio verás como te sientes más seguro y capaz.
7.    Incluye algo de ejercicio (Ejm. caminar a buena marcha) 3/4 veces por semana. Liberar encefalinas y endorfinas ayuda a estar mas tranquilo y tener mayor sensación de bienestar.
8.    Aléjate de la gente tóxica. No significa aislarte, sino poner límites sanos. Hay personas negativas que solo hablan de problemas y que además muchas veces hacen sus "catarsis" con nosotros, obteniendo ellos una transitorio alivio a costa de nosotros. Esto es lo más cómodo, pero si a la tercera vez que le escuchas no ha puesto solución, no le escuches más hasta que lo haga. Le estás reforzando negativamente sin saberlo.
9.    Acércate a personas con mentalidad positiva, entusiastas, alegres y que transmitan “buen rollo”. Búscalas, obsérvalas y aprende de ellas.
10.  Ayuda a alguien. Te hará sentir  bien y mantendrás lejos tu mente de los problemas.
11.   Encuentra a una persona con la que puedas hablar de cómo te sientes. Es importante hablar de nuestros sentimientos y de lo que nos pasa. Muchas formas solo con el poder expresar lo que nos pasa, compartir un secreto, o poder hablar con alguien, hace que se reduzca ansiedad. Hay personas que vienen a consulta solo una vez al mes o cada dos meses para hacer repaso y poder hablar de lo que les preocupa o inquieta, así yles de otra manera y desde la calma yo en regulaci mes para hacer repaso y poder hablar de lo que les preocupa o inquieta.ompr como pedir orientación. Es lo que llamamos “Higiene mental”.
12.  Registra cada 3 o 4 días lo que tienes de positivo en la vida, cosas que vas logrando, cosas por las que estés agradecido etc… Trabajaras un pensamiento más positivo.
13.  Ríete. Está demostrado que reírse produce grandes beneficios en el cerebro y el cuerpo. Busca alguna serie cómica que te guste, programas, películas...
14.  Cuando vivas una situación en la que lo ves todo muy negro, siéntate en una silla y repásala en voz alta. Luego siéntate en otra silla y mirando hacia la vacía, como si fuera un juego, intenta ser tu propio terapeuta. Tendrás que refutar los pensamientos negativos con otros más positivos. Tendrás que enfocar la situación de manera positiva.
15.  Aprende a relajarte y a controlar tu afecto negativo. Aprender a regularte emocionalmente puede ser muy beneficioso, afrontarás situaciones difíciles de otra manera y desde la calma, además de que evitarás muchos conflictos que solo te llevan luego a encontrarte peor contigo mismo. Un psicólogo puede ayudarte con un entrenamiento en regulación emocional y con técnicas de relajación.