sábado, 27 de diciembre de 2014

CONFLICTOS NAVIDEÑOS

Durante estos días hay muchas personas que en lugar de disfrutar y relajarse, acaban superadas y estresadas, por los preparativos, los conflictos familiares, los niños, el aumento de gasto, etc… Las vacaciones de navidad pueden ser fuente de conflictos personales y familiares, e incluso poner de manifiesto cosas que durante el resto del años han permanecido en un segundo plano u ocultas. Además, hay que añadir la difícil situación económica por la que están pasando algunas familias. Por todo ello, las fechas navideñas suelen traer a consulta a personas con un aumento de ansiedad, sintomatología depresiva y un enorme malestar psicológico.

Algunas fuentes de malestar habituales durante la Navidad son:

-Tensiones en la pareja;
Al pasar más tiempo juntos es más probable que aparezcan roces. Además, hay que negociar comidas y cenas con la familia de ambos y en algunas ocasiones a alguno e los miembros le cuesta afrontar esto con la propia familia.
 
-Conflictos familiares;
Debido a la gran carga emocional y a la ansiedad que genera el juntarse con algunos familiares, y con el añadido del alcohol, se desentierran fantasmas del pasado y cuestiones que parecían olvidadas como herencias, rivalidades y diferencias entre hermanos, cuestiones económicas, cuidado de los mayores etc…
 
-Organización de los festejos;
Debido al carácter familiar de estas fiestas, algunos de los motivos por los que se pueden crear conflictos son el lugar o domicilio donde realizar la celebración,  a quien invitar, a que casa acudir o que regalos hacer y a quien.
Además, los niños están de vacaciones y en muchas familias hay que organizarse teniendo en cuenta esto, el trabajo, las cenas de empresa, el cuidado de alguna persona enferma en estas fechas, pueden ser también fuentes de estrés.
 
-Cuestiones personales;
Terminar un año supone de alguna manera enfrentarse a la propia muerte. Se toma conciencia de que la estancia en el mundo es temporal, se repasa el camino recorrido, centrando a veces mucho más la atención en las metas no conseguidas y eso puede generar frustración y malestar.
 
-Recuerdo de seres queridos fallecidos;
Puede ocurrir que algún familiar de un ser querido fallecido recientemente no tengas ganas de celebración siendo su postura contraria a la del resto, y su estado de ánimo no sea comprendido por los demás tomándoselo como algo personal.
Algunas pautas que pueden ser útiles para manejar el estrés durante las vacaciones de Navidades son:

Expectativas realistas; Ninguna Navidad es perfecta ya que la propia perfección no existe. El mundo comercial    despliega todas sus armas para estimularnos y que aumentemos más el consumo. Además, las personas no cambian su forma de ser en Navidad, aunque hay una mayor predisposición a estar contentos, el temperamento y carácter de algunas personas seguirá patente 
-Preparar un presupuesto;
Si la lista de deseos de nuestros hijos está fuera del presupuesto hablaremos con ellos, puesto que un regalo más caro no significa una mayor demostración de amor. Es cierto, que estas son cuestiones que deben enseñarse durante todo el año.
Hay que calcular antes de nada hasta donde se puede llegar y ceñirnos a eso.
 
-Tiempo para uno mismo y la pareja;
En ocasiones el exceso de actividades sociales pueden hacer que no haya tiempo para uno mismo o para celebrarlo a solas con la pareja. Tenemos que buscar esos tiempos, que además de generarnos emociones positivas, reducirán nuestra vulnerabilidad ante situaciones estresantes.
 
-Anticípate a las fiestas;
No hay nada más estresante que estar continuamente dándole vueltas a los preparativos o el menú. No lo dejes para los últimos días, y aunque hay algunos productos que es mejor comprarlos con poco tiempo, intenta dejar poco a poco durante las semanas de antes algunas cosas preparadas.
 
-Aprender a ser asertivo;
Saber decir que no, expresar como nos sentimos o cuales son nuestros deseos, es importante en estas fechas. Padres, hermanos, suegros y demás familia, pueden imponernos situaciones que no nos apetezcan o que nos generen malestar. Ante esto, es mejor desde el principio ser claros ya que además pueden ser fuente de conflicto durante la comida o la cena, más aún si se ha bebido alcohol y se está desinhibido.
Tenemos que aceptar que hay núcleos familiares que han desaparecido o han cambiado. Es absurdo que cenemos o comamos con las que no hemos tenido apenas relación el resto del año. Y esto le pese a quien le pese, hay que aceptarlo. Además, suele pasar que hay muchos padres que no aceptan que sus hijos han conformado su propio núcleo familiar.
 
-Desdramatizar;
Tenemos que aprender a desdramatizar algunas cosas respecto a la navidad.
Es mejor estar solo y con bienestar psicológico que acompañado y con ansiedad.
Realmente pasar en soledad algunos de estos días con significa que estemos solos en el mundo, que vaya a suceder algo tremendo, que seamos raros… Hay que elegir libremente que queremos hacer estas navidades y cómo no vamos a tener malestar. Hay que afrontar los miedos y tenemos que ser felices y disfrutar, antes que cualquier celebración  y si hay gente a la que le parece mal quizás no nos quieran tanto como pensamos.