domingo, 17 de noviembre de 2013

ESTRÉS Y SALUD. ¿CÓMO PUEDO CONTROLARLO

Parece que por todos es sabido que el estrés está muy relacionado con problemas de salud, pero aún así, en ocasiones, cuando acudimos al médico, parece que no nos terminamos de creer que el origen de nuestro problema resida en el estrés y seguimos intentando buscarle otra explicación.

La respuesta de estrés está diseñada para prepararnos para luchar o huir, de hecho es conocida como “respuesta de lucha-huida”.
Antiguamente, el mecanismo del estrés cumplía el propósito de preparar a los seres humanos para responder a estados de emergencia que le representaban una amenaza física. En nuestra sociedad moderna, no tenemos que enfrentarnos por lo general a animales salvajes (al menos en el sentido literal del término).  Sin embargo, nos enfrentamos a situaciones de otro tipo tales como problemas en el trabajo, en el matrimonio, con la familia etc… y además, seguimos utilizando mecanismos que fueron desarrollados para lidiar con los peligros que comúnmente se presentaban en la vida de las cavernas.

El problema del estrés, en cuanto a su relación con tener una buena salud, surge cuando después de un tiempo, en el cual nuestro organismo ha estado siendo movilizado por este tipo de respuesta, empieza a pasarnos factura.
Estados emocionales prolongados como una situación de infelicidad en el matrimonio o momentos puntuales pero con una frecuencia sostenida en el tiempo como las discusiones diarias con los clientes o el jefe, hace que estemos continuamente utilizando este mecanismo, y de esta forma, pueden ir afectando de manera negativa a nuestra salud.
Bajo dichas circunstancias, la adrenalina, el cortisol y otras hormonas que son secretadas, para llevar a cabo esa respuesta de “Lucha-Huida”, pueden comenzar a causar grandes daños a nuestro organismo.

Algunos de los daños que produce el estrés son: insomnio, fatiga, destrucción de los músculos, diabetes, hipertensión, problemas gastrointestinales como úlceras o colón irritable, impotencia, pérdida de deseo sexual, interrupción de la menstruación, disminución del sistema inmunológico, alteraciones dermatológicas, pérdida de cabello y daños a las células nerviosas.

No obstante, podemos seguir algunas pequeñas pautas para no dejarnos llevar por el estrés.
1.     Haz un parón a mitad de la mañana y de la tarde y obsérvate. Piensa en un semáforo y fíjate si estas en verde (tranquillo), amarillo (algo nervioso) o rojo (descontrolado). Si ya estas en amarillo, busca un sitio tranquilo e intenta calmarte.
2.    Cuando te veas acelerado intenta respirar de forma tranquila. Lo ideal es que con cada inspiración cuentes hasta 4 y cuando exhales cuenta hasta 6, 7 u 8. Es importante que la exhalación sea más larga que la inhalación.
3.    Cuando practiques la respiración puedes también intentar visualizar una imagen agradable y relajante.
4.    Utiliza la tarde del domingo para organizarte la agenda de la semana. Llevar una pequeña agenda te puede ayudar.
5.    Intenta dejarte aunque sea 30 minutos al día para realizar una actividad agradable. La falta de actividades agradables protege del estrés y de la carga de emociones negativas que podemos acumular a lo largo del día.
6.    Observa hasta que punto eres perfeccionista y si eso te lleva a perder mucho tiempo con cada tarea. Tener una personalidad anancástica o perfeccionista puede traernos serios problemas.
7.    Aprende a delegar y a decir que no. Es importante que seamos asertivos.
8.    En ocasiones, pensar en nuestra propia muerte hace que relativicemos muchas situaciones del día a día.

Cada día acuden más a consulta personas (en su mayoría mujeres), con algún trastorno de ansiedad.
,Digamos que la evolución seria: Estrés   Ansiedad,  Depresión.

Por ello, importante que ante los primeros síntomas de estrés, acudamos a un profesional antes de que nos afecte de una manera más seria o acabemos padeciendo algún trastorno de tipo ansioso o depresivo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

SENTIR CULPA. CÓMO AFRONTARLO.

¿Qué es la culpa?. La culpa es definida como un sentimiento de culpabilidad por ofensas imaginarias o por sentirse inadecuado. La culpa nos dice que hemos violado algo y que tenemos que buscar la forma de repararlo.
Nos podemos sentir culpables por muchas cosas incluyendo cuando decimos NO, cuando comemos demasiado, cuando pedimos ayuda, cuando traicionamos a alguien y mucho más… 

El mensaje implicado en la culpa es: "Hice algo malo". Esta emoción nos lleva a la vergüenza, la depresión , la ansiedad, lástima de uno mismo, e inconscientemente estamos buscando nos castiguen.
La Iglesia Católica,  se ha encargado de dar fuerza y voz a la culpa. Quién no recuerda la frase en algún rezo; “Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…”.

Desde la psicología hablamos de responsabilidad, de una culpa positiva, que es la que te hace sentir responsable de parte que esta bajo tu control y te empuja a sacar un aprendizaje. Una culpa negativa, es la que te sumerje en un mar de afecto negativo de donde cuesta salir. Y es que la culpa nos refuerza negativamente, en el sentido en que quita algo de malestar. El sentimiento de culpa nos hace sentirnos menos malos, por eso a veces cuesta tanto abandonar ese sentimiento de culpa, es más cómodo que hacerse responsable, aprender y actuar.

-Algunas preguntas que podemos hacernos para trabajar la culpa son:
   ¿Estoy dañando a alguna persona o a mí mismo?
   ¿Lo podría haber evitado sin causar problemas mayores?
   ¿Qué circunstancias influyeron en mi conducta?
   ¿Qué sentimiento o emociones contribuyeron para que actuara así?
   ¿Era tan libre como pensaba a la hora de emitir mi conducta o decir lo que dije?
   ¿Por qué elegí actuar así?

-Otra forma de trabajar la culpa es:
1.  Reconozcamos que sentimos culpa y cual es la razón.
2. Pensemos de dónde viene esa culpa. ¿Es porque no estamos cumpliendo con las  expectativas de los demás, con las nuestras, con alguna promesa que me hice?
3. Aprendamos de la experiencia.
4. Si usted hizo algo malo hacia otra persona, puede solucionarlo. Trate de arreglar el problema, pida disculpa y luego perdónese a usted mismo y siga adelante.
5. Si la culpa proviene porque no está cumpliendo alguna expectativa de otra persona. Piense dos veces y trabaje en su autoestima. Usted no está en este mundo para complacer a los demás.

-También podemos hacer la técnica de la tarta. Consiste en dibujar un circulo como si de una tarta se tratara e ir repartiendo trozos a los diferentes factores que incidieron, para que finalmente se actuará de esa manera. Aunque al principio puede que nos hagamos con toda la tarta nosotros, pensando y repartiendo, nos daremos cuenta que al final no nos corresponde un trozo tan grande como creíamos.



Otras técnicas para liberarse de la culpa, entre ella una muy efectiva es la Técnica de Liberacion Emocional que se realiza en consulta.