lunes, 7 de enero de 2013

INESTABILIDAD EMOCIONAL. Cómo manejar las emociones.


Aprender a gestionar nuestras emociones es algo imprescindible, para llevar una vida tranquila y tomar decisiones de manera acertada, evitando así, que surjan de nuestras conductas nuevos problemas. Las emociones son adaptativas, ya que preparan y motivan para la acción, es decir,  permite ahorrarnos tiempo en situaciones importantes donde debemos reaccionar de manera rápida sin pensar o planificar. Por ejemplo, el miedo en su forma adaptativa, nos servirá para proteger nuestra vida, gracias al miedo,  huimos de situaciones situaciones o conductas que pueden tener riesgo vital para nosotros.

Sin embargo, en ocasiones  nuestras emociones dejan de ser adaptativas y pasan a gobernar nuestra vida ocasionándonos problemas a la hora de relacionarnos. No saber manejar nuestras emociones, pueden ocasionarnos serios problemas tanto a nivel familiar, como con la pareja, en el trabajo o con los amigos. En ocasiones, esta falta de autorregulación emocional nos puede llevar a un malestar profundo en donde la rabia y la ira vayan creciendo, hasta manifestarse de forma violenta. Las emociones pueden considerarse como muy útiles, destructivas o (más raramente) neutrales.

Para que nuestras emociones no sean destructivas, tenemos que aprender a manejarlas, aprender a tolerar el malestar que en ocasiones podemos sentir, y tener en cuenta que la valoración de las emociones (lo que nos decimos a nosotros mismos), puede afectar a la manera en que las experimentamos.
La mayor parte del malestar que sentimos a veces, es el resultado de respuestas o emociones secundarias (Ejm: culpa, vergüenza, ansiedad, ira…), ante emociones primarias (Ejm: Tristeza), como resultado de procesos o esquemas cognitivos no adecuados.
Frecuentemente las emociones primarias son adaptativas y apropiadas al contexto. De esta forma, la reducción de ese malestar secundario, requiere una exposición a la emoción primaria, en una atmosfera no sentenciosa. Y es que, en la sociedad del siglo XXI, parece que si te sientes mal, no tienes salud mental. Y yo me pregunto; “¿Entonces el que siente dolor por la pérdida de un ser querido, no está sano mentalmente?”, pues va a ser al contrario.
Muchas veces no exigimos no sentir lo que estamos sintiendo en un momento dado, en lugar de aceptar nuestras emociones y esto es importante que lo aceptemos a la hora de trabajar con nuestras emociones.

Para obtener un manejo y control adecuado de las emociones es importante, identificar las emociones,  trabajar las cogniciones negativas, así como, trabajar en como interpretamos algunas situaciones. Pero también, es importante reducir la vulnerabilidad emocional, trabajando la autoestima, la dependencia excesiva o el pensamiento dicotómico que nos hace pasar a “todo” o “nada”.
Además, tenemos que aprender a incrementar las emociones positivas y, por lo tanto, reducir la sensibilidad emocional negativa.

Trabajar lo anterior, hacer ejercicio, llevar una correcta alimentación, dormir lo necesario, no consumir drogas y realizar actividades que aumenten la sensación de autoeficacia, pueden ayudarnos a reducir nuestra vulnerabilidad emocional.

Otras estrategias que nos pueden ayudar a reducir el malestar emocional son;
Incrementar la conciencia ante las emociones, y dejar pasar las emociones dolorosas siendo conscientes de ellas, en vez de luchar o aislarse de ellas nos ayudará a desensibilizarnos ante el malestar emocional.
Actuar de la manera opuesta a la emoción negativa nos ayudará a reducir el sufrimiento emocional. (Por ejemplo, si estoy triste o enfadado muestro una sonrisa.)
Llevar a cabo actividades distractoras.
Ayudar a los demás.
Experimentar otras sensaciones intensas. (Por ejemplo, sostener con la mano cubitos de hielo.)
Dejar de laso la situación. Abandonarla físicamente y/o mentalmente.
 Proporcionarse estímulos positivos.
Relajar cada uno de los 5 sentidos: Vista, Olfato, Oído, Tacto y Gusto.
Mejorar el momento, Usando la fantasía. (Por ejemplo, imaginar cómo abandonamos la situación, como entramos en una sitio tranquilo y seguro para nosotros…) o practicar la relajación.

Con un programa de autorregulación emocional o siguiendo terapia psicológica, como pueda ser la terapia conductual de Lineham, se ha visto que se puede controlar de manera eficaz las emociones y conseguir que personas que vivían bajo el gobierno de estas, puedan controlarlas.