jueves, 14 de junio de 2012

TRASTORNO DE PERSONALIDAD ESQUIZOIDE.

Los trastornos de personalidad son un conjunto de perturbaciones y anormalidades, que se dan en las dimensiones emocionales, afectivas y de relación social. Las personas diagnosticadas con un trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones en la cognición, emotividad, funcionamiento interpersonal o en el control de impulsos.
En concreto el trastorno esquizoide de la personalidad, se caracteriza por un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de la edad adulta. Algunas de las características del trastorno esquizoide de la personalidad son;
-Que la persona ni desea ni disfruta de las relaciones interpersonales, incluido el formar parte de una familia.
-Que la persona escoge casi siempre actividades para realizar en solitario.
-Tienen escaso interés en mantener relaciones sexuales.
-Disfruta con pocas o ninguna actividad.
-No tiene amigos íntimos o personas de confianza.
-Se muestra indiferente a los halagos o críticas de los demás.
-Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad.
-Suelen ser inexpresivos y tener un lenguaje lento y monótono.
Contrariamente al trastorno de la personalidad por evitación, las personas esquizoides no evitan las relaciones sociales por ansiedad o sentimientos de incompetencia, sino porque son realmente indiferentes a las relaciones sociales. Además, mientras las personas esquizoides pueden sufrir depresión, éste no siempre es el caso. Contrariamente a las personas con depresión las personas esquizoides no suelen considerarse inferiores a los demás, aunque si reconocerían ser diferentes.
Bajo condiciones de estrés, algunos esquizoides si pueden experimentar ocasionalmente, algún episodio psicótico breve.
El tratamiento psicológico suelen demandarlo por su ansiedad o depresión, pero no por su personalidad. Lo primero es tratar estos síntomas para aliviar su malestar. Así aunque no quiera acudir a terapia para cambiar su personalidad tendrá en quien confiar en sus momentos de crisis y esto, dado el aislamiento de estos pacientes, suele ser muy valioso.
De forma paralela, ayudarles a identificar pensamientos distorsionados y corregirlos, así como aumentar su capacidad de introspección y de experimentar emociones mediante la interrogación socrática, son algunas de las técnicas más empleadas en este tipo de casos.