viernes, 19 de agosto de 2011

¿DEPRESION, DISTIMIA O SINDROME POST-VACACIONAL?

Algunos de estos trastornos son fácilmente confundidos por su similitud de síntomas. ¿Cómo entonces podemos diferenciar, si padecemos un síndrome postvacacional, un trastorno distímico o una depresión?
Lo primero, hay que diferenciar entre Depresión o distimia.
En el caso de la depresión, su criterio diagnóstico es tener cinco o más de los siguientes síntomas durante un periodo de dos semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa.
-Un estado de ánimo deprimido la mayor parte de día, casi a diario.
-Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades.
-Insomnio o hipersomnia casi cada día.
-Fatiga o pérdida de energía casi cada día
-Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados casi cada día.
-Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día.
-Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
-Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o una enfermedad médica.

 En el caso del trastorno Distímico, la característica esencial,  es un estado de ánimo crónicamente depresivo que está presente la mayor parte del día de la mayoría de los días, pero a diferencia del anterior, durante al menos 2 años.
 Los sujetos con trastorno distímico describen su estado de ánimo como triste o «desanimado» es decir, distímico.
Durante los períodos de estado de ánimo depresivo hay al menos otros dos síntomas de entre los siguientes: pérdida o aumento de apetito, insomnio o hipersomnia, falta de energía o fatiga, baja autoestima, dificultades para concentrarse o para tomar decisiones y sentimientos de desesperanza, al igual que en la depresión.
Además, a lo largo del período de 2 años (1 año en niños y adolescentes), hay  intervalos libres de síntomas, aunque no son superiores a 2 meses.

Pero…Y el síndrome post-vacacional, ¿en qué consiste?.

En realidad, es un concepto amplio que describe una incapacidad de adaptación al trabajo, tras la finalización de las vacaciones.  Esta inadaptación, conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físico-psíquicos, que suelen remitir a los pocos días, o al cabo de dos semanas en algunos casos extremos.

En este síndrome, estamos ante un conjunto de signos y síntomas que reflejan un estado de ánimo, como reacción de rechazo al trabajo, tras un período más o menos prolongado de vacaciones. Estos síntomas pueden situarse próximos a la depresión, irritabilidad, astenia, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, nauseas, taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros.  Pero no debemos caer en el error de confundir este síndrome con un trastorno distímico o una depresión.

Algunos consejos para evitar el síndrome post-vacacional son;
-Establecer un período de readaptación a la vuelta de las vacaciones, es decir, si es posible  regresar unos días antes de la reincorporación laboral para poder ir asimilando el cambio.

-Durante esos dos o tres días, debemos volver a nuestros hábitos cotidianos, o  abandonar aquellos que hayamos adoptado durante nuestras vacaciones, como acostarnos más tarde de lo habitual o dormir la siesta.

-Evitar darle demasiada importancia a este malestar, y afrontar la vuelta al trabajo como una nueva etapa llena de otros momentos gratificantes.

-Una vez situados en nuestro puesto de trabajo, debemos comenzar de manera gradual, sin exigirnos demasiado y siendo conscientes de que nuestro rendimiento irá creciendo en un par de días.

-Además podemos planificar viajes y otras actividades placenteras, así como alguna pequeña escapada durante todo el año y no limitarnos únicamente a los meses estivales, ya que así evitaremos la sensación, de que el trabajo no viene acompañado de buenos momentos, y que no tendremos momentos de placer y desconexión hasta después de un año, que es lo que en definitiva provoca el síndrome post-vacacional.